Automóvil Club Rioja 1970

CIRCUITO DEL JARAMA

Campeonato de España por Regiones

Así se llamaba la prueba que organizaba el Circuito del Jarama para vehículos de grupo 2 reunidos por federaciones. A ella acudimos, en esta ocasión, dos pilotos de la Escudería: Juan Mendizábal con su Seat 124 y yo con el 1430, ambos como componentes de la Federación Aragonesa, a la que pertenecía La Rioja por entonces.

En las subidas en cuesta siempre había un cierto riesgo: un error de conducción podía tirarte en un terraplén o estrellarte contra un árbol. Y no digamos en los rallies, donde, por más que entrenaras y muy bien que el copiloto te 'cantara' las dificultades del recorrido, dependías de una constante improvisación. En cambio, el Jarama era una realidad distinta: firme ancho y abrasivo, arcenes y zonas de escape en un trazado que te conocías de memoria tras las vueltas de entrenamiento y clasificación; y en el peor de los casos, un posible golpe contra las vallas. Una nueva sensación de seguridad que te permitía una divertidísima conducción al límite.

[1/5] Correr en el Jarama fue una experiencia extraordinaria: conducir al límite vuelta tras vuelta con derrapes continuos, un lujo que solo me pude permitir en aquella ocasión. En la foto, al borde del trompo en las eses de Le Mans.
[2/5] Tras una buena salida, que se convirtió en pésima cuando me cerraron entre dos y tuve que pisar el pedal del freno para que no me dejaran el morro como la proa de un barco, me vi obligado a remontar puestos.
[3/5] Aquí ya había recuperado posiciones, aprovechando la mayor potencia de mi coche.
[4/5] Las medidas de seguridad eran buenas y los comisarios muy valientes al situarse tan cerca de la pista.
[5/5] Y en la última vuelta, cuando ya iba sexto y sin amenazas a la vista, la llamada "avería del pobre": me quedé sin gasolina, aparcado en un arcén y con la consiguiente cara de tonto. Sí, sí, ¡EN LA ÚLTIMA VUELTA! Lamentable.

"La avería del pobre"

Mis cálculos se quedaron cortos porque cargué el depósito con la misma gasolina que si se tratara del recorrido de un rally, y después me enteré de que en el Jarama el motor se 'tragaba' un litro por vuelta. Un error de novato que me costó quedarme tirado a menos de media vuelta para cruzar la meta.

A pesar de todo, fue una experiencia extraordinaria.

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